El cinturón de seguridad ha disminuido la morbimortalidad de los accidentes de tráfico, pero su utilización puede producir lesiones graves. Presentamos el caso de un varón que sufrió un accidente de automóvil al que la utilización del cinturón de seguridad provocó la rotura transversal de los músculos rectos anteriores.
Varón de 13 años que sufrió un accidente de tráfico con choque frontal cuando viajaba en el asiento posterior izquierdo del automóvil. A su llegada al hospital destacaba hipotensión de 90/40 mmHg, taquicardia de 110 latidos y taquipnea; dibujando la posición del cinturón de seguridad, presentaba equimosis cutáneas en el cuello y el tórax y un gran hematoma a 10cm por debajo del ombligo; en las extremidades se objetivó parálisis flácida del brazo izquierdo sin deformidades y con los pulsos periféricos conservados. Una TAC abdominal detectó dehiscencia de los músculos rectos anteriores con eventración a su través de asas intestinales y, a ambos lados, hematoma de partes blandas (fig. 1). La cirugía confirmó la sección transversal de ambos rectos anteriores con evisceración encubierta, rotura de las aponeurosis de los músculos oblícuos, hemoperitoneo y rotura del meso intestinal a 90cm del ángulo de Treitz. Se le practicó una sutura del meso y ligadura de vasos epigástricos que sangraban. La paresia flácida del brazo izquierdo se diagnosticó de lesión del plexo braquial (C6-C7 y D1) mediante un estudio neurofisiológico.
El síndrome de cinturón de seguridad fue descrito en 1962 en relación con la fuerza de desaceleración ejercida sobre un pasajero contenido con este sistema: 1) lesiones cutáneas equimóticas que “dibujan el cinturón de seguridad”1; 2) lesiones intraabdominales por la compresión por la banda pélvica del cinturón; y 3) fracturas vertebrales por hiperflexión brusca de la columna. Thomson2 recogió tres patrones cinéticos de lesión abdominal en niños: 1) mala colocación del cinturón; 2) mala posición del niño; y 3) utilización inadecuada de la banda del hombro. En el caso presentado se produjo una lesión compleja de la pared abdominal acompañada de daño del plexo braquial izquierdo; el mecanismo lesional probable fue la banda pélvica demasiado alta, infraumbilical, y la banda del hombro mal adaptada a la talla del pasajero. La rotura transversal de los rectos tuvo una manifestación llamativa, que facilitó la localización de la causa de la inestabilidad y su tratamiento precoz.
En caso de accidente de tráfico, en presencia de hematomas en la piel subyacente a la banda pélvica del cinturón, cabe la posibilidad de que se hayan producido lesiones graves de la pared abdominal3. La rotura de los rectos anteriores del abdomen es una lesión potencialmente grave por asociarse a desgarro y sangrado de las arterias epigástricas; la presencia de hematoma como estigma cutáneo es clave para su diagnóstico.