Albillos-Almaraz et al. abordan en su escrito aspectos relevantes del manejo de la vía aérea (VA) en el paciente crítico, y proponen una muy acertada clasificación de vía aérea difícil (VAD).
Argumentan que las guías para el manejo de la VAD se alejan de la realidad diaria del paciente crítico1. Sin embargo, debemos reconocer que todas estas guías establecen una serie de recomendaciones de obligada aplicación que a diario pasamos por alto: la capnografía en forma de onda una de ellas2,3.
El estudio INTUPROS muestra que en más del 80% de los pacientes de las unidades de cuidados intensivos (UCI) de España la posición utilizada en el proceso de intubación es el decúbito supino, se preoxigenan con balón de resucitación, el primer dispositivo empleado es el laringoscopio, no se emplean bloqueantes neuromusculares en la totalidad de los pacientes y el uso de la capnografía es escaso4. Contrastan con este escenario las firmes recomendaciones de las guías de elevar el cabecero de la cama, preoxigenar mediante ventilación no invasiva (VNI), utilizar un videolaringoscopio como primer dispositivo, un adecuado bloqueo neuromuscular y la capnografía en forma de onda2,3.
Una preoxigenación de 3min con el ventilador en modalidad no invasiva con FiO2 100%, PEEP 5 y presión soporte entre 5-15cmH2O para alcanzar un volumen corriente entre 6-8ml/kg3 aplicada a través de una máscara facial convencional debería ser el método de preoxigenación para todos aquellos pacientes catalogados por Albillos-Almaraz et al. como VAD electiva y VAD urgente1. La ventilación manual con balón de resucitación y máscara facial deberíamos aplicarla solo como rescate en caso de fracaso en el primer plan de aislamiento de la VA3, en aquellos pacientes que encajan en la descripción de VAD emergente1 o cuidadosamente durante la fase apneica de la secuencia rápida de intubación2.
Para alcanzar una tasa apropiada de éxitos en la intubación con videolaringoscopios resulta ineludible haber completado la curva de aprendizaje recomendada para cada uno de ellos, así como evitar emplearlos en circunstancias desfavorables (presencia de secreciones o sangre que ocupen la lente). En cuanto a dispositivos supraglóticos, consideramos que la mascarilla laríngea Fastrach™ deberíamos tenerla siempre presente para el rescate ante un fracaso en los planes iniciales de aislamiento de la VA, por permitir la ventilación y la intubación a ciegas con una alta tasa de éxito con un mínimo entrenamiento previo.
La tasa de eventos adversos graves durante la intubación del paciente crítico oscila entre el 40-45% según los estudios2,4 y no emplear la capnografía en forma de onda se ha identificado como una de las causas5. Es por esto que emplear de forma rutinaria la capnografía debería ser un aspecto a mejorar, ya que entre los datos obtenidos en el INTUPROS figura una utilización en nuestras UCI menor al 12%4.
Creemos que el primer paso para mejorar uno de los procedimientos asociado a una tan elevada tasa de complicaciones graves, debería ser adherirnos a las recomendaciones de las principales guías de manejo.
AutoríasTodos los autores han participado activamente en la búsqueda bibliográfica, la redacción del manuscrito y la corrección de las diferentes versiones.
FinanciaciónLos autores declaramos que no existe financiación alguna.
Declaración de IA generativa y tecnologías asistidas por IA en el proceso de redacciónNo se ha utilizado IA en ningún momento del proceso.


