Se describe una serie de 7 casos de infección probablemente relacionada con contaminación de propofol utilizado en procedimientos de endoscopia digestiva.
El primer caso fue un varón de 46 años que ingresó en la UCI por shock séptico de etiología no filiada tras la realización de una endoscopia digestiva alta en un centro privado esa mañana. Refería fiebre, escalofríos y vómitos de inicio escasos minutos tras el procedimiento. Presentaba fiebre, PCT>100ng/mL y disfunción hemodinámica, renal y hepática. Se realizó TC abdominal, que descartó complicación digestiva, y se inició antibioterapia empírica con meropenem y daptomicina. Durante las 24h siguientes acudieron a nuestro hospital los otros 6 pacientes que habían sido sometidos a estudios endoscópicos durante el mismo día en el mismo centro. Todos eran pacientes ambulatorios sin comorbilidad relevante y presentaban el mismo cuadro clínico y diferentes niveles de gravedad (tabla 1).
Características de los pacientes de la serie
Paciente | Sexo | Edad (años) | Tipo de endoscopia | Sedación | Disfunción orgánica al ingreso | SOFA | PCT al ingreso (ng/mL) |
---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | Varón | 46 | Gastroscopia | Propofol | HemodinámicaRenalHepáticaHematológica | 5 | >100 |
2 | Varón | 60 | Colonoscopia | Propofol | HemodinámicaRenalHepáticaHematológica | 8 | 89,50 |
3 | Varón | 84 | Gastroscopia | Propofol | Hemodinámica RenalHematológica | 7 | >100 |
4 | Varón | 47 | Gastroscopia | Propofol | Renal | 1 | 12,40 |
5 | Varón | 21 | Gastroscopia | Propofol | Renal | 1 | 36,20 |
6 | Mujer | 32 | Gastroscopia | Propofol | Renal | 1 | 34,10 |
7 | Mujer | 55 | Gastroscopia | Propofol | Ninguna | 0 | 5,90 |
PCT: procalcitonina; SOFA: Sepsis related Organ Failure Assessment.
Tras la revisión de los casos se observó que el propofol había sido el elemento común a todos ellos. Se enviaron muestras de los restos del vial utilizado y en este se aisló Pantoea agglomerans. Se notificó la sospecha al sistema español de farmacovigilancia.
Se han descrito varios brotes epidémicos asociados al propofol, que es susceptible de presentar crecimiento de microorganismos debido a su base lipídica. En 2016 se publicó una revisión sistemática que analizaba 20 brotes desde la aprobación de su uso1. La mayoría ocurrieron en quirófano y en UCI, y en segundo lugar en procedimientos endoscópicos. La contaminación extrínseca (una vez abierto el vial) fue la más frecuente. Los principales contaminantes fueron bacterias grampositivas (27%), gramnegativas (20%), Candida albicans (21%) y virus de la hepatitis C (18%) y B (4%). La mortalidad fue del 9,3% (rango: 0 a 50%).
P. agglomerans, anteriormente conocida como Enterobacter agglomerans, es una bacteria gramnegativa aerobia facultativa con amplia distribución en la naturaleza. En humanos produce infecciones de partes blandas y óseas en caso de heridas por material vegetal2,3, e infecciones asociadas a cuidados sanitarios sobre todo en inmunodeprimidos, la mayoría de curso leve3.
El mayor brote epidémico causado por P. agglomerans y otras enterobacterias tuvo lugar en EE. UU. en 1970. Se registraron 378 casos de septicemia secundarios a la contaminación de tapones de fluidos intravenosos4. Otro grupo reportó 19 casos de bacteriemia por contaminación de nutrición parenteral5. En otro caso se diagnosticaron 12 casos de bacteriemia por P. agglomerans en pacientes oncológicos, cuyo origen fue la exposición de la medicación intravenosa a un fregadero contaminado de la farmacia6. Otro brote de 17 casos tuvo relación con la infección de catéteres tunelizados de hemodiálisis7. También se han descrito 8 casos de bacteriemia por contaminación de la solución anticoagulante empleada en el sistema de plasmaféresis y hemodiálisis8, y un brote de 3 casos debido a la contaminación de los sumideros de la red de agua corriente en un centro de hemodiálisis9.
En nuestra serie, los hemocultivos de todos los pacientes fueron negativos. Sin embargo, la causalidad es presumible; la administración de propofol fue el elemento común, la relación temporal inmediata es clara y también la plausibilidad biológica. Además, no se detectó otra causa de infección y la sintomatología fue altamente indicativa de bacteriemia, que probablemente fue transitoria debido al bajo inóculo bacteriano y la desaparición de la fuente de infección al cesar la infusión. En 2021 se publicó otra serie de 6 casos de sepsis tras sedación con propofol en procedimientos urológicos en la que también se aisló P. agglomerans en el vial utilizado, y aunque la causalidad parecía altamente probable, tampoco hubo crecimiento en hemocultivos10.
Los 7 pacientes de nuestra serie presentaron evolución favorable, con estancia corta en UCI y en el hospital, con recuperación completa y alta a domicilio en tratamiento con ciprofloxacino.
Nuestra experiencia recuerda la importancia de extremar las medidas de seguridad ante la posibilidad de contaminación de productos de uso sanitario, y destaca la necesidad de mantener un alto índice de sospecha de infección por microorganismos menos frecuentes pero que pueden llegar a causar cuadros sépticos graves.
FinanciaciónLos autores declaran no haber recibido ninguna ayuda financiera.